Consejos útiles para limpiar tus persianas

Comienza el año y ya estamos pensando en los propósitos, renovar los ambientes del hogar y por supuesto, realizar una limpieza profunda para “alejar los malos espíritus”. Si estás pensando en encargarte de esas persianas de madera, PVC o aluminio que has olvidado, entonces no te preocupes, porque aquí te damos unos prácticos consejos utiles para que queden impecables.

Lo primero: Consejos utiles

En principio, tener unas persianas limpias y libres de suciedad le aporta una buena imagen a tu hogar, tanto por fuera como por dentro. Además, para evitar problemas de salud relacionados con el polvo, acumulación de bacterias y posibles alergénicos, te aconsejamos que laves tus persianas regularmente.

Esto implica una limpieza general cada 2 semanas y una profunda al menos cada 6 meses. Asimismo, para limpiarlas como debe ser, habitualmente se utiliza agua, jabón y productos no abrasivos, pero eso también dependerán del material con el cual hayan sido fabricadas.

Por otra parte, es un proceso que debes llevar a cabo lama por lama, para garantizar que la persiana quede libre de cualquier acumulación. Siempre será más fácil limpiar la parte interior, ya que la parte externa precisa de un mayor cuidado y depende de dónde esté ubicada. Estos consejos utiles puedes aplicarlos dos veces al año.

Pero el proceso no es el mismo para todas las persianas y el material determinará lo que debes y no debes hacer.

Persianas de madera

Este tipo de persianas no resultan complicadas, ya que puedes utilizar un producto especial como para limpiar parquet. Te aconsejamos primero retirar todo el polvo acumulado con un plumero, un aspirador o un paño húmedo (microfibra) y luego aplicar el producto mencionado.

En caso de que sea una persiana interior, recuerda no utilizar demasiada agua o mezclarla con químicos, puesto que eso podría desgastarla o mancharla. Si está ubicada por fuera, lo más recomendable es que sea tratada para evitar que las condiciones climáticas la dañen.

Persianas de PVC

Aunque hoy en día existen muchos modelos cuyo mantenimiento puede hacerse cada mes, para este material sólo necesitas amoníaco, agua y jabón. Dado que son las más populares, vas a usar agua caliente, un paño o una esponja para quitar toda la suciedad. Además de esto, puedes agregarle algún tipo de desengrasante que elimine más fácilmente la suciedad. No olvides secar bien.

Aluminio o metal

Son las más fáciles de lavar, ya que basta un paño de microfibra con agua jabonosa para eliminar el polvo. Realiza el proceso de arriba hacia abajo y no utilices productos abrasivos que podrían dañarla. Para terminar, utiliza un paño limpio con alcohol, lo que la desinfectará mejor y recuerda dejar secar bien las lamas.

Pasos simples, sencillos y rápidos, pero importantes para su cuidado. Y tú ¿cómo cuidas tus persianas? ¿Te sirvieron estos consejos utiles ?